En el caso de este trabajo, la investigación previa ha sido única y exclusivamente de campo, debido a mi experiencia personal en comunidades juveniles durante más de diez años. Gracias a esto puedo decir, que a lo largo de los años, el interés juvenil por este tipo de actividades, ya sea netamente juvenil o pastoral, han ido decayendo de forma inversamente proporcional al crecimiento social y de avances tecnológicos.
Con respecto a esto, podemos citar casos puntuales como los siguientes:
Actividades juveniles: a principio y mediados de los 90, el proceso de libertades juveniles, estaba llegando a su máximo apogeo, luego de una época de liberación de la opresión debido a la dictadura militar. Este forma de manifestación juvenil, se fue transformando poco a poco en una fuerte presencia social cuyos principios eran los de prestar servicios de ayuda a personas en riesgo social o de escasos recursos.
En conjunto con esto, se desarrollaron grupos juveniles con personalidad jurídica, que representaran las vivencias y necesidades del joven actual.
Con el paso del tiempo, dichos grupos fueron mutando y perdiendo la euforia característica de sus primeros años y pasando a ser grupos con fines más limitados y de cierta manera comerciales o políticos, como son los casos de instituciones o grupos de ayuda social como Alianza Joven o Un Techo Para Chile.
Aunque en la actualidad, estas instituciones siguen funcionando normalmente, la cantidad de participantes se encuentra muy por debajo de la que existía en sus primeros años. Y esto debido a que no son capaces de dar abasto a las actuales necesidades juveniles o por el hecho de generar alianzas estratégicas con distinto tipo de casas comerciales o bancas (elementos con los cuales la juventud no se lleva de la mano).
Actividades juveniles pastorales: algo similar ha ocurrido con los grupos juveniles de carácter eclesial. Situación que se manifiesta en el increíble decrecimiento que experimentan comunidades juveniles como CPJ, Confirmación, Comunidades en el espíritu, Oratorios, Escouts y otros similares a fines; desde la venida al país de sumo pontífice Juan Pablo II.
El fundamento de dicho decrecimiento se fundamenta en dos grandes fenómenos, los que son la falta de acompañamiento y la falta de espacios a fines.
Con la falta de acompañamiento, nos referimos a poca credibilidad que ha ido ganando la iglesia católica en la actualidad, esto por los sucesos ocurridos en los últimos años. Pero por sobre todo, la falta de cercanía de sus ministros hacia la gente, pero por sobre todo hacia los jóvenes.
El principal fundamento de dichas comunidades, es la comunión con cristo y el servicio al entorno, en este caso el prójimo. Dicho fundamento debe ser mantenido constantemente por ministros en la fe o conocedores de los parámetros de la iglesia, cosas que ha ido fallando en los últimos años y para cuyo caso especial podemos nombrar el caso de las comunidades en el espíritu. Estas nacen el año 1982 a manos del sacerdote y psicólogo de la universidad estatal de cuba, José Forbes. Quien luego de vivir una experiencia espiritual en el Cuzco, quiso adecuarla a la realidad de los jóvenes chilenos. De esta manera nace el “Encuentro De Jóvenes En El Espíritu Santo”, conocido con la sigla E.J.E. que en 1983 tuvo su primer fin de semana juvenil.
Desde aquel entonces a la fecha, esta comunidad se extiende a lo largo de todo Chile y el mundo, existiendo comunidades EJE en Rusia, Canadá, Australia, Perú, brasil y algunas naciones europeas. Pero en el caso de las comunidades Chilenas, en relación a las existentes en otros países, a sufrido un cambio bastante brusco en su fundamento al pasar de los años. La falta de acompañamiento espiritual ha llevado la sobre generación de comunidades, muchas de las cuales no cuentan con el acompañamiento debido, distorsionando de esta forma el sentido primordial del EJE y de paso, transformándose en maquinas realizadoras de encuentros espirituales, mas que acompañantes juveniles.
Y esto es un factor fundamental en la formación de un joven, sobre todo los de estos días, cuyas vidas giran en torno a fantasías alejadas totalmente de la realidad (jóvenes cuyas familias no les han dedicado el cariño y tiempo suficientes o han tratado de suplirlos a través de bienes materiales) o jóvenes con vivencias extremas como la pobreza o el abuso. La formación valorica a través de la vivencia comparativa es algo que marca a sobre manera el corazón del joven, llevándolo incluso, al cambio drástico de su vida. Es por esto que el acompañamiento espiritual y vivencial por personas adultas y de fe es tan importante en este tipo de comunidades.
Y el segundo factor que actúa sobre estos jóvenes, pero de manera indirecta, son los espacios que ocupan para sus actividades, estos no cumplen lo suficientemente bien con las necesidades y requerimientos de estos grupos juveniles. O puede suceder el caso de que las instalaciones no hayan sido pensadas para otro tipo de actividad o realizada en años anteriores cuyo fundamento inicial de forma y función, ya no tiene relación con el actual.
Y es en este último punto donde nosotros, los generadores de los espacios vivénciales, debemos tomar cartas en el asunto y generar espacios y recintos a fines con las necesidades y requerimientos cada vez mas detallados de esta juventud creciente y cada vez mas exquisita en la obtención de respuestas y formación integra.
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